En las últimas décadas nuestra esperanza de vida se ha prolongado debido a una mejora en su calidad: comemos de forma más sana y equilibrada, nos hidratamos más bebiendo mayor cantidad de agua, realizamos más ejercicio diario…
A esta mejor calidad de vida también contribuye enormemente el masaje, considerado en muchas culturas orientales como medicina preventiva, ya que equilibra cuerpo y mente adaptándolo siempre a las necesidades de cada persona, evitando o reduciendo (en la medida de lo posible) medicaciones que, sin duda, acaban dañando órganos vitales como el estómago, el hígado o el páncreas.
«La tercera edad» no es una patología sino una etapa de nuestra vida en la que a medida que cumplimos años nuestras capacidades psiconeurológicas (memoria, apatía…) y de motricidad (reducción o pérdida de movilidad a consecuencia de fracturas, caídas o desgaste) se van reduciendo.
Por eso es tan importante mantener el equilibrio físico y emocional y, para ello, el masaje debería formar parte del día a día.
A continuación detallaré posibles patologías que pueden asociarse a la tercera edad con las indicaciones y masajes más adecuados para cada una de ellas: